El apetito insaciable de la madrastra por el sexo es insaciables. Ella anhela la atención de su esposo y la busca de otros hombres. Hoy, está ansiosa por complacer a una gran polla negra, cabalgándola con un abandono salvaje. Sus deberes de ama de casa se quedan atrás mientras se entrega a los deseos carnales.